FAMILIAS EMOCIONALMENTE SALUDABLES

Las familias emocionalmente saludables, son las que tienen como objetivo el avance y el crecimiento de todos sus miembros. Cualquier persona, de cualquier tipo de familia, puede ser susceptible de vivir en conflicto emocional. Pero la peor parte, se la llevan siempre los que menos solidez tienen, los hijos. Hay errores que se cometen y que tenemos que evitar. Ellos no están preparados para ejercer de apoyo emocional a sus padres, no son profesionales, no son adultos, por muy maduros que nos parezcan. Podemos evitar actuaciones negativas como:

1. Hacer comentarios negativos de cualquier miembro de la familia, especialmente de sus padres.
2. Los prejuicios, es decir dar por supuesto que el otro es como yo digo que es.
3. No dar oportunidades de cambio.
4. No perdonar los errores.
5. Expresar en alto mis emociones negativas buscando apoyo emocional de los hijos.
6. Obligarlos a decantarse emocionalmente por uno de los dos o por cualquier miembro de la familia con el que tengamos tensión.

Las consecuencias son nefastas porque estaremos negando a nuestros hijos la posibilidad de crecer y avanzar con seguridad afectiva y emocional que necesitan de sus padres. Los padres tenemos en nuestras manos, no solamente procurar abrigo, alimento, cobijo, escuela. Tenemos que crear un ambiente de familias emocionalmente saludable. Tenemos la bonita labor de ser protección y compañía amorosa que ilumine sus caminar en la vida. Por ello, merece la pena ponerse en manos de formadores y profesionales, aprender a saber hacer también emocionalmente. Conseguir familias emocionalmente saludables, no se improvisa. Gestionar nuestras dificultades y conflictos es importante para no ir cargados y dejar libre el espacio necesario para poder escucharlos, y atenderlos con la calidad y la calidez que ellos necesitan y merecen vivir. La ayuda personalizada es la más eficaz, porque todos necesitamos personas que nos escuchen sabiendo como ayudarnos, que no se vean implicadas emocionalmente en nuestro mundo. Pero que sepan proporcionarnos el espacio humano profesional para poder avanzar descargados, alegres y felices aún con las dificultades. Padres responsables y felices, hacen hijos responsables y felices.