Hoy por primera vez en mi vida, caminando por el mar, encontré una estrella de mar. Me sorprendió, porque estaba en perfecto estado. Me senté junto a ella y mi primer movimiento fue tocarla para llevármela. No esperaba que se moviera, Una estrella de mar, no vive mucho tiempo fuera del agua. Era raro, debería estar fuera del agua al menos unas horas. Estaba como a 5 metros de la orilla. La marea de la noche, debió expulsarla. Sin embargo al tocarla se movió. Así que escuché mi corazón y no mi emoción de llevarla a casa. Un ser vivo, no me pertenece. La cogí delicadamente y la puse en la orilla. El mar la envolvió y se la llevó.
He sentido paz que da el desprenderse. No me pertenece. Sin embargo, ahí estaba para mi disfrute y para alentarme en el camino. He sentido la fortuna de estar viva y poder disfrutar del camino. ¿Qué más puedo desear?
Recuerda, si quieres ser feliz, no te apropies de nada ni de nadie. Todo está para disfrutarlo, valorarlo, contemplarlo y respetarlo. Valorarlo justamente y entrar en comunión con su realidad existencial más profunda.
Camina, y como decía San Agustín: » Ama y haz lo que quieras». Porque del amor, nada malo puede venir.
No dejas de darnos lecciones de vida. ¡Gracias infinitas!!!
Gracias a ti siempre.
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