Cadena de favores , es una película que realza el valor de las buenas acciones hacia las personas que nos rodean. Cadena de favores muestra, el valor de las acciones cotidianas hechas con la intención de mejorarme a mí mismo. Si nos mejoramos a nosotros mismos, sumamos algo positivo a los demás. Ser personas humanas, con buenas acciones, está al alcance de todos.
Es el valor por excelencia que Jesús de Nazaret, el fundador del cristianismo puso de manifiesto, el valor del Amor incondicional. No hay que esperar a ser adulto para vivir el valor de la ayuda, la responsabilidad, autonomía, madurez, libertad. Todo eso ya puedes vivirlo hoy.
¿Por quién estarías dispuesto a hacer una buena acción? ¿Conoces personas que han hecho algo bueno por los demás?.
La historia nos demuestra que hacer el bien no siempre es señal de éxito social, a veces hasta se pierde la vida. A otras personas, les puede molestar la responsabilidad y la bondad de otros. ¿Por qué? porque la presencia de alguien que hace el bien, denuncia malas actitudes de los demás. La luz pone de relieve la oscuridad.
Esa es la historia de Trévor, un buen chico que no se cayó ni se quedó pasivo ante la injusticia, la violencia, ni el acoso. Se tomó la escuela y los trabajos de sus profesores en serio. Especialmente la clase de Ciencias Sociales. El profesor, les plantea un trabajo de inicio de curso, inventar una forma de cambiar la realidad social. Algo que sumase positivamente.
En cuanto se pone a trabajar, idea una forma en la que el trabajo en cadena podría influir positivamente en la sociedad.
Trévor, es un niño con una situación familiar difícil. Una madre que echa horas interminables en el trabajo para poder salir adelante. Además tiene problemas con el alcohol. Toda esta situación le da más mérito a la responsabilidad del adolescente.
La recomiendo, porque es un poderoso motor, y ejemplo para no quedarnos en la queja de lo que nos ha tocado vivir. No son las circunstancias lo que nos determinan, sino la capacidad de lucha y superación.
Comienza ahora mismo a pensar en esas personas por las que ya puedes hoy, empezar a mejorar el mundo. No seas un espectador, ¡actúa!. Sé protagonista del libro de tu historia.